La televisión colombiana: una licuadora de manipulación

Si, estoy segura de que a mis compañeros de 11° les resultará familiar este título y es que hace poco, en nuestra materia de lengua castellana leímos este artículo “El arte de desinformar, de Héctor Abad Faciolince” (10 mar 2006/ Semana), quise dar mi opinión de este tema pues me parece que los demás cursos deben conocer esta realidad mencionada en el artículo, y es que muchas veces como jóvenes, preferimos dedicarle tiempo a solo diversión y no a informarnos sobre la situación actual del país. Por eso hoy, quiero darle importancia a esa denuncia hacía la televisión colombiana y cómo nos afecta como ciudadanos (toda esta información en base al artículo de Héctor Abad Faciolince).

Abad comienza con la frase: “si en los regímenes totalitarios se lava el cerebro con el martilleo incesante de las mismas verdades manipuladas, en estas sociedades nos lo están lavando a punta de estupidez”.

Y es que realmente es preocupante la situación de la televisión colombiana, puesto que solo se esfuerzan por tener la mayor cantidad de espectadores y no por tener espectadores conscientes e interesados por este sistema que va en decadencia. En el artículo se menciona que durante las horas de mayor audiencia, lo único que vemos por televisión son balas, goles y colas; la situación del país no importa, pero el deporte y la farándula ocupan la mayor parte del tiempo, claro no se pide que solo se toquen temas de noticias en la televisión pues ver deporte es realmente entretenido, lo que se denuncia es la exageración de tiempo que se les da a programas que realmente lo que hacen es limitar la posibilidad de acceder a información relevante, análisis profundos y debates sustanciales. El objetivo principal de los dueños de los canales colombianos es multiplicar sus riquezas, sin preocuparse por formar ciudadanos informados.

Pero, la televisión no debe ser simplemente una máquina de hacer billetes, sino un servicio público que contribuya al desarrollo de una sociedad informada y crítica. Claro, somos muy pocos los que buscan una televisión mejor informada, pero como bien dice el artículo, por muy pocos que seamos contamos con un derecho que nos permite exigir una programación que esté más completa a nivel intelectual y éticas.

La televisión colombiana ha perdido su rumbo y se ha convertido en una fuente de entretenimiento superficial y manipulación informativa. Si no se logra un cambio en la programación de la televisión, al menos, genera un cambio desde tu hogar, al apagar la televisión, abrir un libro o buscar información en Internet te das la alternativa de ser un espectador menos manipulado.