El viaje de la vida
- Laura Camila Quintero
- 12 sept 2023
- 4 Min. de lectura
¿Sabes?
La vida es un viaje, no una carrera aunque pareciera que sí, recuerdo que mi tía en mi cumpleaños de quince me susurró al oído, disfruta que después de los quince la vida se pasa volando. En su momento creí que era alguna de esas mentiras que la gente dice, pero al parecer no y me di cuenta de que tanta prisa por crecer ahora daría todo por volver a ser esa niña emocionada y juguetona; creo que todos hemos sentido el cambio, obvio cada etapa tiene su magia, pero ninguna comparada con la niñez, ahora el ver esos programas que me veía de pequeña me producen nostalgia y cantarle las canciones infantiles a mi sobrino me hace dar cuenta del cambio de roles, yo era esa bebé que sonreía con canciones que sinceramente no tienen sentido y ahora soy la que los canta y hace mil cosas para hacer reír a mi coqui. Ahora los que éramos los pequeños de la casa crecimos, el mayor está en tercer semestre de psicología, el menor ( que me gano en la graduación por cinco meses) va a estudiar gastronomía y ya se graduó de bachillerato, yo a prácticamente un mes de terminar y voy a estudiar medicina.
Entendemos también que quieres proteger a ese bebé de todo lo que existe ahora en el mundo, porque en serio hay tantas cosas, tanta gente mala que puede llegar a tu vida y no te imaginas cómo, pero están allí, lo más importante de todo es saber que nunca esas personas deben influenciar demasiado nuestra vida.
Cuando era pequeña quizás no entendía el significado tan profundo de esta frase “Carpe diem, aprovechen el día muchachos, hagan que sus vidas sean extraordinarias. - John Keating” y para mí es la magia de la vida y más de la nuestra, disfrutamos tanto de nuestra niñez, pero nunca nos dimos cuenta de lo mucho que la extrañaríamos al crecer, pero parte de eso es encontrar la magia del ahora, de nuestro estado actual, de nuestros amigos, de nuestras vidas en general. Y a ti que estás leyendo esto, hay días muy desgastantes en donde solo vas a querer tirarte en la cama y llorar hasta dormir, pero siempre amanece, siempre hay más oportunidades, atardeceres por ver, tardes con amigos, con familia y solos, la vida se pasa volando, pero se trata de disfrutar los pequeños momentos, el aquí y el ahora. No te afanes por ser algo que no eres, no te afanes en cambiar por complacer a los demás, es tu vida y va a ser muy difícil si todo el tiempo esperas complacer a los demás con tus actos, tu personalidad y decisiones son cosas que son individuales, escuchar consejos es bueno, pero que no lleguen al punto de tomar las decisiones por mí. Luego de presentar el Icfes me di cuenta de que no es tan aterrador como me lo decían, no fue tan traumático como lo pensé y entendí también que no tengo que lograr cosas para justificar mi existencia, está bien simplemente existir, cada uno vive una etapa diferente y única, no debemos tratar de alcanzar a los demás cuando estamos escribiendo nuestra propia historia y no significa que esa etapa nunca llegará, claro que llegara, pero en su debido momento, sé paciente contigo mismo, deja que tu mente descanse y tu alegría pueda fluir.
Definitivamente no todo será perfecto, pero si hay algo por lo que agradezco además de mi increíble familia, son mis amigos, esas personas que conocí y nunca pensé que se convertirían en las personas tan importantes en mi vida, cada día me sacan una sonrisa y sus recuerdos todavía andan por mi cerebro, desde el juicio de Carlota y Samuel diciendo que “se llama Juan Felipe pero le digo Carlitos de cariño” hasta los gritos de Sarith “JUANNN tienes que salir con Sara” o el padrecito con la copa, tantas cosas que solo nosotros vamos a entender y estoy segura de que en un futuro nos recordaremos como aquellos jóvenes que disfrutaron de sus últimos años de colegio, no ha sido fácil, pero no me arrepiento de nada.
Lo que me lleva a este punto, hace poco fui a ver vestidos para el grado con mi hermana y fue como, entender que está pasando, no es otro día de mirar vestidos y decir “ay si, te imaginas” “me faltan 4 años” pero ahora es, “me faltan 2 meses para mi grado”; y es como entender que la vida pasa y realmente no es algo que podamos controlar, y si, me gustaría poder ser esa niña pequeña que soñaba y jugaba, pero disfruto mucho de mí yo actual, de conducir y que mis papás se sientan seguros, de ver a mi primita graduarse de primaria, de ver a mi sobrino empezar a caminar, de hablar como amigas con mi mamá, de pensar en la universidad, pero sobre todo de emocionarme porque estoy creciendo y son nuevas etapas, etapas que supongo tendrán su magia y si no la tienen entonces hagamos que sea mágica, desde las trasnochadas y estudios arduos, hasta los momentos en los que simplemente me quedo sentada comiéndome un helado, de tirarme de un tobogán con mi mejor amiga como si tuviéramos cinco años, de simplemente apreciar este momento en la vida.
Aceptar que las cosas cambian y que nada regresa es difícil, pero esa es la esencia de la vida, es la transformación lo que hace de nuestra vida lo interesante, aceptar esto no significa olvidar el pasado, sino honrarlo, porque todo esto que está pasando lo soñaste y te estás enriqueciendo de las enseñanzas.
Así que si tu querido lector, estás en ese momento de la vida, disfruta, no te afanes.
Carpe diem
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