Alter Ego, la otra cara de la moneda
- Annie Sophia Vargas
- 7 may
- 4 Min. de lectura
Vivimos en una era donde las tendencias en redes sociales pueden tener un impacto directo en nuestra vida. Gracias a plataformas como Instagram o Pinterest se han hecho muy populares los conocidos “Alter Ego” ¿Qué son? Se trata de una nueva versión alternativa que las personas crean de sí misma. Es decir, si eres una persona insegura o simplemente te gustaría cambiar aspectos de ti que parecen muy arraigados a tu propia personalidad, puedes crear una nueva versión idealizada de ti y de lo que te gustaría ser o lo que te gustaría aparentar al mundo.
Esta nueva versión puede ser adaptada en cualquier aspecto, sentido del humor, aspecto, orientación sexual, religión, etc. Incluso hay personas que las nombran y que hablan abiertamente de cómo pasan de una personalidad a la otra dependiendo del contexto. Si en este momento entraras a Pinterest y escribieras en el buscador “crear alter ego” te saldría una cantidad masiva de imágenes que contienen listas del paso a paso que debes seguir, anotar en una hoja lo que quieres cambiar de ti, lo que definitivamente no te gusta y finalmente escribir que es lo que quieres ser, y bueno, “fingirlo” hasta donde lo consideres necesario.
Esto podría llegar a ser considerado una alternativa para mejorar la autoestima, un juego incluso, pero ¿Qué pasa cuando esto se sale de control? ¿Hasta qué punto es peligroso? Si somos realistas los Alter Ego no son más que una máscara que usamos para “protegernos” de la opinión pública o de algún grupo de personas especifico. Siendo esto algo que se finge todo el tiempo, se puede llegar a experimentar ansiedad y depresión. Y también agotamiento emocional, es muy difícil tener que pensar absolutamente todo lo que se dice o se hace con el fin de que cada acción se mantenga dentro del estilo que queremos aparentar.
El aislamiento social también es común pues el agotamiento que esto genera impulsa a las personas a limitar sus interacciones lo menos posible. Además, manipular constantemente el aspecto físico puede llegar a generar un trastorno de percepción corporal, sobre todo siendo adolescentes que prácticamente todo el día estamos recibiendo de varias fuentes contenido sobre cómo “deberíamos” vernos, consciente o inconscientemente.
Normalmente las personas que dependen de esta máscara tienden a tener relaciones muy inestables, tóxicas incluso, donde no solo se miente constantemente, sino que siempre se vive con el miedo de que esta máscara se desvanezca y que sea evidente la personalidad que se estaba escondiendo. Actualmente hay muchas personas públicas que admiten tener o haber tenido un alter ego.
Beyonce, por ejemplo, admitió que al principio tenía a “Sasha Fierce” la personalidad con la que se protegía cuando subía al escenario a dar sus primeros conciertos. Hoy en día dice que ya la superó pero que en su momento fue una herramienta muy útil para eludir el odio de algunas personas y la presión que se siente en la vida de un artista.
Eminem tiene un personaje muy popular, Slim Shady, muchas personas solo lo veíamos como una persona de las que se habla en varias de sus canciones, pero para él no era así, Slim Shady es alguien que el propio Eminem creo para mostrar una faceta de él que en ocasiones podría causar inseguridad, un lado más…oscuro y directo (como se ve en las canciones) Hoy en día Eminem dice que, aunque reconoce el impacto positivo que tuvo, se arrepiente de muchas cosas que dijo “siendo” este personaje.
Miley Cyrus interpretó un papel que fue muy popular y que incluso ahora tiene todavía algo de reconocimiento, su papel Hannah Montana fue muy bien recibido por la crítica cuando salió en televisión hace ya varios años, sin embargo para Miley representó algo más que un protagónico, ella dice que se metió tanto en este personaje (ya que representaba un escape seguro de la realidad) que las interpretaciones empezaron a volverse una vida, ella ERA Hannah Montana incluso después de terminar las grabaciones, empezó a confundir su identidad hasta el punto de afirmar que duró mucho tiempo sin saber quién era.
Y cómo estas personas hay muchas más, personas muy jóvenes que sienten que deben cambiar su forma de ser para “agradar” o “encajar” sin darse cuenta del daño que se están haciendo asi mismas, todas estas personas tienen en común una búsqueda de libertad que les permitiera sentirse aceptados, seguros. Inevitablemente se terminan aislando no solo del mundo exterior sino también de lo que son realmente.
En un principio tener un Alter Ego puede parecer una idea brillante, la salida perfecta para actuar o vernos como esa persona que desearías ser, sin embargo, cuando empieza a sentirse como una obligación, el desgaste emocional es muy alto. Genera desconexión con el mundo a nuestro alrededor y también con lo que somos originalmente, y eso tarde o temprano tiene consecuencias, alimentando la ansiedad, el insomnio, la soledad y otros trastornos que poco a poco consumen a las personas. Dejándolas vacías e inevitablemente, solas
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