¿Somos ropa?
- Mariana Ríos Martínez
- 4 jun 2024
- 2 Min. de lectura
Si usted va caminando por la calle y ve a un doctor, con su pinta de doctor y sus características típicas de la índole que le corresponde, usted piensa, ahí va un doctor, si usted va caminando y ve a un hombre con una sudadera, eso ve, un hombre con sudadera, no a un doctor. Aunque él sea un doctor no podemos dejar a un lado el hecho de que las ropas si nos dice que es esa persona, que las ropas nos definen, que la primera impresión, la que se queda en nuestra cabeza, si que importa.
En el libro “La cinta roja” de Lucy Adlington la autora habla con perfecta claridad de cómo las ropas no solo nos cubren del frío o protegen del calor, si no que nos dan un estatus, hablan antes que nuestra boca de que es lo que pensamos y que es lo que queremos expresar, porque hemos estudiado, que trabajo ejercemos. La ropa por sí sola habla de lo que somos. Este libro nos muestra cómo la moda influye directamente en la sociedad, incluso en tiempos de molestia constante, incluso cuando la humanidad más hundida se encuentra, como en las guerras. “La ropa muestra quién eres, o quién quieres ser.” Porque un saco no es solo un saco, un saco muestra una cultura, muestra un pensamiento, un saco viene de algún lugar, no apareció de la nada, y si el saco es el idóneo para usted, es porque lo hace sentir como lo que usted quiere ser.
Si le arrebataron la libertad como fue el caso de las personas recluidas en Auschwitz, tendría que ser consciente de que usted ya no es más un abogado, o enfermera, ahora es usted un rayado más que ha disminuido a ser un número. Que le quiten sus prendas no es sólo cruel, es un despojo de identidad absoluto.
Por eso es la moda tan importante, porque nos da identidad, porque va recargado de una fuerza histórica propia y cultural, porque no hay nada más bello que expresarse, que usar el cuerpo como lienzo y las ropas como pinceles para así convertirse cada día en una obra. En una época contemporánea como la nuestra, es importante ver las prendas, ver que viste el de al lado y ver que viste su maestra, porque no se pusieron eso solo porque se veía bien, compraron y lucieron esas prendas con un propósito, con una intención de escucha y expresión.
Dese el tiempo de ver prendas y de lucir las suyas con furor, porque si, somos prendas.
Porque la libertad está también en poder vestir como le plazca.
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