¿Por qué cada vez es más raro ver nuevas sitcoms?
- Jerónimo Romero Quintero
- 7 may
- 3 Min. de lectura
Hasta hace poco, era habitual escuchar acerca de series como Friends, How I Met Your Mother o Modern Family mientras se discutía sobre televisión. El hábito de una familia ordinaria en Estados Unidos consistía en esperar la transmisión de una de estas series para disfrutarla junto a sus seres queridos: un momento confortable, entretenido y divertido.
Por si no sabes qué significa una sitcom, esta es normalmente una serie que utiliza el elemento de la comedia para ofrecer capítulos entretenidos y, generalmente, chistosos. Suelen centrarse en un grupo de personajes que conviven o se relacionan de manera habitual en espacios ambientados por la trama de la serie, como una casa, una oficina o un hospital. Las sitcoms se caracterizan por capítulos breves, humor ligero y el uso de risas grabadas para resaltar momentos con el fin de hacerlos icónicos.
Con la llegada de plataformas de streaming como Netflix, Amazon Prime o HBO Max, esta costumbre cambió por completo. Ya no era necesario esperar un día y una hora específica para ver tu serie preferida. Ahora tienes la posibilidad de ver un episodio o cinco cuando quieras, en cualquier lugar. Esta libertad provocó que las series dejarán de consumirse por televisión como antes. Ya no existía la presión de que “a las 6 era Friends”; ahora se podía ver en cualquier momento, por lo que dejó de ser una especie de obligación.
Por otro lado, muchas de las sitcoms más exitosas de antes se atrevían a tocar temas delicados o hacían bromas que hoy no serían tan bien recibidas. Algunas tenían un humor oscuro, sarcástico o incluso cruel. Eso les daba un estilo único, pero también las alejaba de lo “políticamente correcto”. En aquel entonces, eso no era un problema tan grande. Sin embargo, hoy las personas son más conscientes y críticas, y muchas de esas bromas ya no se consideran aceptables.
Hoy en día, bajo ninguna circunstancia, una serie con humor cruel, machista o muy sexual es bien recibida o siquiera transmitida, por miedo a causar revuelo. Por supuesto, no debemos argumentar que este tipo de bromas son buenas, ya que no lo son: tocan temas graves. Sin embargo, muchas veces, por el contexto de la serie o el personaje que las decía, podían causar gracia en ese momento.
Permíteme contarte sobre Barney, un personaje de How I Met Your Mother. Barney era el estereotipo de un hombre aprovechado: tomaba ventaja de las mujeres, se acostaba con ellas y luego desaparecía de sus vidas. ¿Cómo lo hacía? Con técnicas de manipulación y su encanto, era capaz de lograrlo. Si hoy, bajo los estándares actuales, una serie presentará en primer plano este tipo de actitudes, no se vería bien. ¿Y si influenciara a los jóvenes a imitarlas? ¡Jamás! Cada vez es más difícil mantenerse dentro de los estándares adecuados. Por eso, hoy en día, es más común ver comedias tranquilas y básicas, que no se arriesgan por miedo a ser malinterpretadas o canceladas.
Además, hay que decirlo: muchas sitcoms comenzaron a parecerse demasiado entre sí. La fórmula era casi siempre la misma: un grupo de amigos, un lugar común, relaciones que van y vienen, y chistes sobre lo cotidiano. Si bien esta fórmula funcionaba, con el paso del tiempo comenzó a sentirse repetitiva y predecible. Por eso, encontrar una nueva sitcom que se compare a las que viste anteriormente es cada vez más difícil. Aunque sigan saliendo muchas, más no siempre significa mejor calidad, y no todas serán tan buenas.
No obstante, no hay por qué preocuparse: las sitcoms no van a desaparecer todavía. Aunque ya no sean tan populares como antes, siguen siendo íconos culturales, y cada año aparece una que otra que logra destacar.
Para finalizar, me gustaría invitarte a que pruebes ver una sitcom. Tienen contenido para muchos días y te aseguro que no te aburrirás. Hay muchísimas, y cada una con diferentes enfoques. Entonces, ¿qué esperas para probarlas?
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