Más vale tarde que nunca
- Sofía Veloza Rodríguez
- 5 may 2023
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 26 jul 2023
A lo largo de nuestra vida nos hemos dado cuenta que, sin importar nada, constantemente habrá algo que nos anime el día. Desde la simplicidad de ver películas, hasta la pintura, la danza, la jardinería, la gastronomía, etc, siempre nos harán un poco más felices nuestros días. Todo esto nos demuestra que, la vida es única, y somos nosotros los que le damos el rumbo y el ritmo.
Sin embargo, a veces esta “llama” se apaga, por cuestiones emocionales, mentales, sociales, etc. ¿Acaso esto es el fin de la era creativa de nuestras vidas? No, y no tiene que ser nunca así. Es cierto que vivimos en ambientes hostiles, llenos de incertidumbre, inseguridades, estrés y posiblemente, mucha ansiedad. Todo esto nos lleva a experimentar una serie de periodos en los que no vemos la luz, es decir, nos perdemos de nuestro camino y todo se torna distinto. Gracias a los caminos que nuestras vidas han tomado, ha surgido una idea de lo que queremos, de lo que nos hace felices o simplemente nos alegran el rato, por lo que es totalmente válido que un par de veces nos perdamos, esto no significa que sea el fin, significa redirección.
Verán, la redirección, según la RAE es: “Dar una nueva dirección o un nuevo destino a algo”. Por lo que podemos asumir que no es que se dé por perdido nuestro camino, más bien se enfoca en nuevas maneras, nuevas oportunidades, nuevos senderos. Ahora, si ponemos casos de la vida real, podemos hablar de que muchas personas en el mundo se han sentido aturdidas por este tipo de situaciones y, como dije antes, es completamente normal. No existe una sola persona en el mundo que no haya lidiado con algún tipo de situación parecida a esta, pero lo más impresionante de esto no es quien haya lidiado con estas “ problemáticas” sino como, en la etapa que se encontrarán en sus vidas, lograron salir adelante, y lo mejor, por medio del arte.
Harrison Ford, por ejemplo, logró el éxito en su carrera como actor a los 30 años, en donde su fama se disparó y logró ser uno de los mejores actores de todos los tiempos; J.K Rowling, a sus 32 años publicó Harry Potter, si, una de las sagas más vendidas del mundo. Aunque no todo fue de color rosa, ya que en ese momento la autora vivía una depresión grande, estaba divorciada y subsidiada por alguna multimillonarias británicas; sin embargo, decidió seguir y luchar por lo que ella más le gustaba: La escritura. Logrando así que Harry Potter fuera aceptado por una editorial para imprimir mil copias y bueno, el resto es historia.
Lo que intento decir con esto es que, no importa la edad, no importa el sueño, no importa la situación social, no importa nada: Nunca es tarde para cumplir tus sueños. Es mejor, intentarlo tarde, a nunca intentarlo. Alguna vez alguien me dijo que, es mejor arriesgarse a hacerlo que no arriesgarse y arrepentirse toda la vida. Por eso mismo es que, hacer las cosas que nos gustan, compartir con la gente que amamos, moldear nuestra vida como queramos; siempre será la mejor forma de vivir. Por ende, más vale tarde que nunca.
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