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ARMY OF ONE / EJÉRCITO DE UNO

(En Pos Del Amor Verdadero)



He surcado Colombia, cual ávido peregrino,

en pos del amor puro, un anhelo diamantino.

He visto las estrellas Tanzaku fulgurar,

y la Luna Lasso su tenue luz derramar.


Los Andes majestuosos, con su verde capuz,

y el Caño Cristales, de colores sin capuz.

Ciénagas de Santa Marta, un edén sin par,

y Cartagena de Indias, con su aroma de mar.


Las Islas del Rosario, un collar de esmeraldas,

y el Pacífico indómito, con olas enfurecidas.

San Agustín, con sus enigmas ancestrales,

y Popayán, la ciudad blanca, de calles coloniales.


En cada paso, un tesoro, un deleite sin igual,

pero mi corazón anhelaba un amor sin final.

Babilonia y sus pirámides, vestigios de un ayer,

no lograron calmar mi sed de un querer.


Los "tesoros más hermosos", no se encuentran en la tierra,

sino en el corazón puro, que a su dueño aferra.

Ojos que cual Río Siete Colores,

reflejan la alegría de un amor sin dolores.


Piel suave como las llanuras del Meta,

un lienzo perfecto, donde el sol se acuesta.

Y en su sonrisa, el sol naciente se refleja,

iluminando mi vida, con su luz que me flecha.


He buscado su huella en cada rincón,

en cada rostro, su mirada de bendición.

Y aunque aún no la encuentro, la esperanza me guía,

de que un día, nuestros caminos se crucen, sin umbría.


Mientras tanto, seguiré mi viaje sin cesar,

explorando cada pueblo, cada lugar,

con la esperanza viva, de poderla encontrar,

y a su lado, finalmente, mi corazón anidar.





Extensión:


En mi búsqueda incansable, he probado manjares exóticos,

he escuchado melodías ancestrales,

he aprendido de culturas diversas,

he conocido a personas de corazones nobles.


Sin embargo, ninguna experiencia ha logrado saciar

el hambre de mi alma, que anhela amar.


He visto atardeceres arrebolados en el Amazonas,

he navegado por el majestuoso río Magdalena,

he escalado el imponente Nevado del Tolima,

he recorrido las misteriosas ruinas de Ciudad Perdida.


Pero ninguna maravilla natural se compara

a la belleza de la mujer que anhelo encontrar.


Sus ojos, como dos luceros que iluminan la noche,

su voz, como una melodía celestial que me conmueve,

su piel, como la seda más suave al tacto,

su sonrisa, como un faro que me guía en la oscuridad.


Sé que ella existe, en algún lugar de este país,

esperando por mí, como yo por ella.


Y cuando finalmente la encuentre, nuestros corazones se unirán

en un abrazo eterno, y nuestro amor florecerá

como las flores más hermosas de Colombia.





Reflexión final:


Colombia es un país lleno de belleza y maravillas,

pero el tesoro más grande de todos

es el amor verdadero.


Y yo seguiré buscando, sin descanso,

hasta encontrar a la mujer que llene mi vida de felicidad,

y juntos, construiremos un futuro lleno de amor y sueños.


2 Comments


Psicologia Skolmi
Psicologia Skolmi
May 06, 2024

Daniel, que hermoso escribes. Un fuerte abrazo.😊

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Orientación 01 Skolmi
Orientación 01 Skolmi
May 06, 2024

Sencillamente espectacular 🤗

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